Historia y heráldica
Historia
Situada en el punto más septentrional de la provincia de Córdoba, en los confines de la comarca de Los Pedroches, a los pies del antiquísimo castillo de Miramontes, se alza la bella población de Santa Eufemia. Sus raíces históricas y su más reciente pasado medieval como Condado de Santa Eufemia, uno de los de mayor dominio solariego del Reino de Córdoba, han conformado no sólo la infraestructura agraria de dicha Comarca, sino que ha sido artífice directa de las tres grandes unidades jurisdiccionales, Condado de Santa Eufemia, Condado de Belalcázar y Siete Villas de los Pedroches que ha configurado en estos siglos de su andadura el contorno histórico y geográfico de nuestro Valle.
Dista 101 kms. de la capital, tiene una altitud de 561 m. sobre el nivel del mar y la superficie de su término municipal es de 189,2 kms cuadrados. Con una población de 1259 habitantes (1991), pertenece al partido judicial de Pozoblanco.
Prehistoria
Las raíces prehistóricas de Santa Eufemia se hunden en la lejanía del III milenio a. C. en el período del Calcolítico y del Bronce final, tal como lo atestiguan la presencia en sus inmediaciones de hojas de cuchillo retocadas, lascas de sílex sin retocar, platos de borde engrosado , cuencos de media esfera, hachas de piedra pulimentada y vasijas de tipo argárico.
Edad Antigua
Su probable transición a la historia se produce a partir del S. III a. C., como parecen confirmarnos la aparición de monedas, vestigios de castros ibéricos y la magnífica fortaleza ibérica de Vioque, considerándose por algunos investigadores como el posible enclave túrdulo-romano conocido con el nombre de SOSINTIGI.Completada la romanización de la Bética, Santa Eufemia, se convierte en enclave de cierta importancia en la zona, apareciendo como ruta natural del cinabrio extraído en las cercanas minas de Almadén. Puerta estratégica de comunicación entre el Valle de Alcudia y Los Pedroches, aparece como un fuerte asentamiento romano, convirtiéndose asimismo la población en un centro de minería de relativa importancia dentro de la región SOLIENSE, quedando como avanzadilla defensiva del municipio principal, SOLIA, de la citada región. Según algunos investigadores, por Santa Eufemia y sus alrededores, pasaron y se cruzaron varias calzadas romanas: la de «Córdoba-Sisapo-Miróbriga», la denominada «Vía Epora-Solia» y la 29 en el itinerario de Antonino en el trayecto «Emeritam / Contosolia».
Edad Media
Santa Eufemia, con tal nombre, aparece por primera vez en los privilegios y fueros concedidos por Alfonso VII, «el Emperador», así como en los Anales y Crónicas que relatan los sucesos históricos acaecidos en esa época. Todos los documentos de la Cancillería Imperial de Alfonso VII finalizan con la fórmula: «…1155, año en el que nuestro señor el Emperador tomó Santa Eufemia…». Se refieren estas citas a la campaña reconquistadora que el citado Rey llevó a cabo en la parte oriental de Los Pedroches (antigua Cora de Fash al-Ballut), como culminación de un vasto plan de conquista sobre tierras andaluzas, que en el año 1155 le llevan a anexionarse toda la parte Norte de la provincia de Córdoba, apoderándose entre otras localidades, de Santa Eufemia. Esta localidad, junto con las demás, se perdió poco tiempo después, debido al empuje de los ejércitos almohades.
Con la conquista definitiva de Córdoba por Fernando III, Santa Eufemia, es agregada a la jurisdicción del Concejo Cordobés mediante fuero otorgado a dicha ciudad el 24 de julio de 1242. Medio siglo después el mismo Concejo hace donación de la villa y su castillo a D. Fernando Díaz, alcalde mayor de Córdoba, como pago a los méritos contraidos por éste en la reconquista del territorio cordobés y, especialmente, en las de las villas de Baena, Luque y Zuheros que por estas fechas formaban parte de las disputas entre Sancho IV y su hermano, el infante D. Juan, y que Fernando Díaz, al mando de las tropas del Concejo Cordobés recupera para la ciudad. Esta donación fue confirmada por el Rey Sancho IV y Santa Eufemia se convierte así en el primer y más antiguo Señorío del Norte de la provincia de Córdoba.
A D. Fernando Díaz, le sucedieron su hijo Gómez Fernández, que al igual que su padre ocupó el cargo de Alcalde de Córdoba, su nieta Beatriz Fernández y su biznieto Pedro Carrillo, en el que recae el Señorío en las postrimerías del S. XIV y al que Enrique III, en real cédula de 28 de julio de 1394, le confirma el Mayorazgo de Santa Eufemia. El mandato de los Carrillo en el Señorío de Santa Eufemia, está marcado por contínuas disputas y litigios con las Villas de Los Pedroches.
A mediados del S. XV, Teresa Carrillo, hija del anterior, contrae matrirmonio con D. Gonzalo Mejía, Comendador de Segura de la Sierra y Administrador de la Orden de Santiago, matrimonio que pone los cimientos para su futura unión con el Señorío de La Guardia (Jaén), elevado a Marquesado en el S. XVI. Posteriormente los Sres. de Santa Eufemia obtendrían el título de Condes.
Durante la segunda mitad del S. XVI y siguientes, el Condado de Santa Eufemia, es gobernado por la saga de los Mejía (Gonzalo Mejía I, Gonzalo Mejía II, Rodrigo Mejía («El Viejo») y Rodrigo Mejía («El Mozo»). Son los años de mayor conflictividad social y política del Condado y, al mismo tiempo, en los que Santa Eufemia alcanza su máximo apogeo en extensión territorial (su jurisdicción abarcaba los términos de las localidades de El Viso, El Guijo, Torrefranca -actual Dos Torres-, Villaralto y parte de Alcaracejos), poderío político y económico, ocupando los Mejía los primeros puestos entre los mayores propietarios de tierra dentro del área cordobesa y siendo su yeguadas, reputadas como las mejores de la península en la época de Carlos V.
En el período de los Rodrigo Mejía (1508/1552), la conflictividad con las villas del propio Condado llega a su límite, debido al afán expansionista de los regidores del mismo, motivo por el cual los concejos de las villas de Santa Eufemia, El Viso, El Guijo y Torrefranca denuncian a sus señores y se ven abocadas a un larguísimo proceso judicial conocido como «el pleito de los pastos», que se inicia en la Real Audiencia y Chancillería de Granada (1522) y tras múltiples vicisitudes, fallos favorables y recursos, llega hasta la primera década del S. XX en la que por sentencia del Tribunal Supremo de Justicia (1909), las cuatro villas del antiguo Condado de Santa Eufemia, pierden todo el derecho a sus antiguas tierras comunales en beneficio de los herederos de los Marqueses de la Guardia.
Edad Moderna
Durante esta época, Santa Eufemia, continuó formando parte del Condado del mismo nombre junto con las villas antes mencionadas, El Viso, El Guijo y Torrefranca. Esta última se unió a la de Torremilano, originando la actual Dos Torres, en el año 1939 merced a la Ley de disolución de Señoríos de 26 de agosto de 1937.
Heráldica
El Escudo se divide en dos cuarteles. En el primero se representan las Armas de los Messía Carrillo, señores de Santa Eufemia y condes de la misma por merced del rey Felipe IV.
En el segundo quedan plasmados, como elementos característicos de la villa, la muralla a cuyo resguardo se amparaba la población, y la llave, símbolo que hace alusión a su situación geográfica, al elevarse sobre una atalaya que permite el acceso a los valles de Alcudia y de Los Pedroches.
Queda, por tanto, el escudo organizado de la manera siguiente:
Escudo cortado
1º Partido
- De gules, un castillo de oro, mazonado de sable y aclarado de azur. De oro, tres fajas de azur. Bordura componada de dos órdenes de plata y azur.
2º Partido
- De azur, muralla de plata, moviente desde la punta del escudo, mazonada de sable, surmontadas de llave de plata, puesta en faja, con clave a la diestra y hacia la punta. Al timbre, corona real española cerrada".